miércoles, 5 de agosto de 2009

Cuadro de situación ambiental nacional - Material complementario presentado en el IV Encuentro Latinoamericano de Diseño

El siguiente es un material complementario a mi presentación sobre Diseño Sustentable en el tiempo, en el IV Encuentro Latinoamericano de Diseño, que dada la situación sanitaria nacional y el carácter latinoamericano del evento, este año se realiza de forma virtual.

El contenido del Encuentro puede visitarse en www.palermo.edu/dyc/encuentro-virtual



El Dr. Raúl A. Montenegro, premio nobel alternativo en 2004, biólogo y presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM), organización sin fines de lucro con status consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, propuso en 2008 una lista de las diez problemáticas ambientales más importantes de nuestro país, que pasaré a mencionar punto por punto, aprovechando para realizar algunas acotaciones de índole personal:

1. En primer lugar, la incompetencia y la corrupción de funcionarios públicos sumada a la ausencia de una política ambiental clara provoca la desmotivación de cualquier sector comprometido y dificulta la replicabilidad de acciones orientadas a contribuir con el medio ambiente.

Respecto a este tema no tengo comentarios.

2. Asimismo, continúan destruyéndose los bosques nativos para la plantación de soja y otros cultivos industriales, y la obtención de maderas, leña y carbón vegetal.

3. Sigue disminuyendo en Argentina la superficie ocupada por ambientes nativos de bosque, arbustales y pastos naturales. Para que un país mantenga estabilidad ambiental necesita que por lo menos el 50% de cada ambiente nativo se conserve.

Respecto a estos dos últimos puntos creo que es conveniente comentar la ley nacional número 26.631 de Bosques Nativos, sancionada en noviembre de 2007 y cuya reglamentación llegó en febrero de 2009, tras una demora mucho más que prolongada que los noventa días luego de la sanción de la ley en la que se esperaba.

Tal como lo expresa en su artículo tercero, la ley busca:

• Promover la conservación mediante el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos y la regulación de la expansión de la frontera agropecuaria y de cualquier otro cambio de uso del suelo;
• Implementar las medidas necesarias para regular y controlar la disminución de la superficie de bosques nativos existentes, tendiendo a lograr una superficie perdurable en el tiempo;
• Mejorar y mantener los procesos ecológicos y culturales en los bosques nativos que beneficien a la sociedad;
• Hacer prevalecer los principios precautorio y preventivo, manteniendo bosques nativos cuyos beneficios ambientales o los daños ambientales que su ausencia generase, aún no puedan demostrarse con las técnicas disponibles en la actualidad;
• Fomentar las actividades de enriquecimiento, conservación, restauración, mejoramiento y manejo sostenible de los bosques nativos.

Si así no lo hicieran cumplir, que Dios y la patria se lo demanden.

4. Además, siguen destruyéndose las principales cuencas de captación hídrica en Argentina. Las zonas montañosas son irracionalmente utilizadas para la localización de grandes yacimientos mineros. Todos los supuestos beneficios económicos sumados de estas actividades representan migajas frente al valor incalculable de tener fábricas de agua en buenas condiciones.

A este respecto creo que vale la pena comentar el veto de la presidenta a la Ley número 26.418 de Glaciares, la cual está destinada a proteger los glaciares y el ambiente periglaciar como reservas hídricas y como proveedores de agua de recarga de las cuencas hidrográficas.

De este modo se impediría :

• Liberación de sustancias contaminantes,
• Construcción de obras de infraestructura,
• Instalación de industrias;
• Explotación minera y petrolífera.

¿Por qué la presidenta vetaría una ley tan buena para el medio ambiente?

5. Otro aspecto problemático consiste en que sigue disminuyendo en Argentina la resistencia ambiental de sus distintos ambientes al cambio climático y a otras alteraciones ambientales severas.
La resistencia ambiental es el conjunto de límites que impone el medio ambiente a una especie para limitar su crecimiento. La implementación de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) que prevé el Protocolo de Kyoto y sus agregados son buenos negocios y reducen la emisión de dióxido de carbono, pero no aumentan la resistencia ambiental.

6. Además, los cursos de agua son utilizados como proveedores ilimitados de líquido, y como basurales abiertos para desechos industriales, urbanos y agrícolas. No existen políticas nacionales y provinciales para la gestión integrada de los cursos de agua que atraviesan zonas productivas, no se conservan como ecosistemas sino como meros flujos de agua, y en muchos ríos no se conserva su caudal ecológico, es decir, el caudal mínimo que sostiene la vida acuática.

Vivo en una ciudad en el corazón de un cordón industrial sobre el río Paraná, un río que desde hace más de cincuenta años recibe efluentes no sólo cloacales sino también industriales de petroleras, petroquímicas, papeleras, cerealeras y químicas en general.

Esto acarrea problemas sanitarios a las poblaciones aledañas y mortandad de peces como bagres, pejerreyes, dorados, bogas, sábalos, surubíes, patíes, pacúes, manguruyúes y pirá pitás, los cuales se encuentran en un estado crítico, en particular las dos especies mencionadas en último lugar.

7. Otro problema es que sigue ausente en Argentina una política de desarrollo agropecuario balanceado y sustentable. Predomina en cambio la expansión salvaje de monocultivos transgénicos que reducen peligrosamente la diversidad de productos, incentivan los desmontes, destruyen los suelos, y contaminan con plaguicidas el ambiente y las personas.

Respecto a este aspecto, quisiera detenerme un momento en el tema del glifosato, que no es glifosfato, como tantas personas, como yo hasta muy recientemente, equivocadamente pronuncian, y que está generando una cantidad de ruido importante en los medios y la opinión pública.

Ocurre que es casi generalizado en el ámbito del movimiento ambientalista, o del público en general, la creencia que la sustancia es altamente tóxica, haciéndola culpable de muchos de los males medioambientales que padecemos. Resultaría cómico si no tuviera un trasfondo grave, pero he hasta escuchado declaraciones que sostienen que el glifosato junto con la soja transgénica es el causante del dengue.

El Grupo de Reflexión Rural en 2006 lanzó la campaña “Paren de fumigar” en la que levantó bastante polvareda sobre los supuestos efectos del glifosato en la población. En una investigación del programa televisivo La Liga, se intenta demostrar los problemas del herbicida en la salud. Participan profesionales, como un médico clínico, quien señala que la agresión recibida por el químico tiene serias implicancias en la salud. A su vez, se entrevistas a varios vecinos de diferentes provincias sojeras, quienes viven en las zonas adyacentes a los campos de soja.

Allí vemos con claridad un grave problema, que excede al glifosato, y que consiste en la ampliación de la frontera agropecuaria. Cada vez se dedican más tierras a la actividad, llegando a tener poblaciones con barrios a escasos metros de distancia de los límites de los campos sembrados, de este modo recibiendo parte de los químicos utilizados en la fumigación.

Un testimonio de un ex fumigador es desgarrador. Se pueden observar numerosos problemas en su físico, que él explica, fueron causados por él mismo, quien pecando de soberbia de inmortalidad juvenil, no tomó los recaudos que debió tomar en la manipulación de los agroquímicos.

Un solo estudio afirmaría que el glifosato es tóxico: el realizado por Andrés Carrasco , en el que inyectó glifosato a embriones anfibios, los cuales desarrollaron una serie de tumores luego de la aplicación.

Yo no estudié microbiología, quizás por eso no entienda por qué se condujo un experimento inyectando un herbicida a embriones. Yo hubiera dicho de antemano que seguramente algo así iba a ocurrir. No se me ocurriría jamás inyectar a un animal un químico destinado a matar plantas.

Una de las conclusiones del estudio fue que “el glifosato puro en dosis menores a las usadas en fumigación genera malformaciones”. ¡Encima lo inyectó puro!

¿Será que yo no tengo la preparación necesaria para entenderlo? Si es así, sepa perdonar mi ignorancia, no estudié ciencias, sino que estudié en la facultad de Ciencias Económicas. No obstante, si usted entiende más, ¡investigue! Y después me cuenta.

Néstor Roulet, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, sostiene que es menos tóxico que un piretroide tal como los insecticidas en aerosol que utilizamos para matar insectos en nuestros hogares, e incluso tiene un nivel menor de toxicidad que la aspirina . Así mismo, afirma que 160 países lo utilizan, lo cual invalidaría de alguna manera la supuesta irresponsabilidad de nuestros productores. Un punto que él señala y que me resulta convincente, es que los que administran el producto son los mismos productores. Si el glifosato verdaderamente trajera los problemas en la salud y en la naturaleza que supuestamente dicen, los primeros perjudicados serían los productores.

Parece ser que antes que viniera el glifosato la cosa era peor, ya que tenían que hacer un cóctel de herbicidas mucho más tóxicos.

En una carta de los lectores del diario La Nación, publicada el 18 de junio de 2009, el profesor Otto Solbrig comentaba que:

“Todo producto químico tiene el potencial de afectar la salud humana. El salicilato de sodio (la aspirina común), por ejemplo, es un producto bastante tóxico que ingerido en cantidad es letal. Sin embargo, no por ello prohibimos el uso de aspirina. Los beneficios son tan grandes que a nadie se le ocurriría proponer tal remedio. El glifosato es el equivalente agrícola de la aspirina. Sin su uso se pone en jaque la agricultura pampeana de granos. En la medida en que pudiera representar un peligro para la salud de sapos y ranas, la solución está en regular su uso, sobre todo en la vecindad de lagunas y cursos de agua, donde esos anfibios se reproducen.”

Guillermo Cal, director de la Cámara Argentina de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) asegura que el glifosato es de muy baja toxicidad y que si se utiliza correctamente no hay por qué temer que sea dañino. A su vez, Oscar Alvarado, presidente de AACREA , adhiere que el glifosato utilizado en su justa medida no es peligroso. Jorge Gilbert, ingeniero del INTA, señala que, tal como otros químicos, no es ni bueno ni malo en sí mismo, sino que depende de las técnicas de aplicación que se utilicen, lo cual resulta bastante lógico.

Rescato este último punto. Darnos un baño de inmersión, beber un vaso o inyectarnos glifosato quizás no sea una buena idea, pero ello no implica que sea el causante de la contaminación ambiental. Llama la atención que tanta desinformación justo coincida con una época política en la que predomina la agresión hacia el campo.

En conclusión, personalmente soy una ciudadana ambientalista defensora de nuestros recursos naturales, pero eso no significa que no me detenga un momento a pensar y a separar la paja del trigo. Que me importe el medio ambiente no significa que me crea cualquier verso que inventen, no significa que se me prenda la mecha con cada dato sobre contaminación. Significa que voy a analizar toda la información, que voy a razonar, y que voy a elaborar mi propio criterio, analizándolo todo.

8. Asimismo, siguen faltando en Argentina estadísticas precisas de morbilidad (registro de enfermedades) y de mortalidad por causas ambientales (por contaminación química, por contaminación microbiológica de agua, suelos y alimentos, por contaminación del aire urbano, por contaminación radiactiva, etc.).

Si no disponemos de este tipo de estadísticas, ¿cómo podemos conocer el verdadero impacto de la industrialización, los plaguicidas, etc.? ¿Qué gestión de salud se puede llevar adelante sin esta información?

9. Además, sigue sin aplicarse la evaluación de impacto ambiental en la mayor parte de las obras, radicaciones y decisiones, públicas y privadas, y cuando se realizan es usual que contengan gravísimos defectos e imprecisiones.

En la provincia de Santa Fe, los Estudios de Impacto Ambiental son un requisito fundamental para la radicación de industrias, así como para ampliación de plantas industriales existentes .

La ley número 123 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires define a la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) como el procedimiento técnico-administrativo destinado a identificar e interpretar, así como a prevenir los efectos de corto, mediano y largo plazo que actividades, proyectos, programas o emprendimientos públicos o privados pueden causar al ambiente.

La misma ley en su artículo 4 define Impacto Ambiental como cualquier cambio neto, positivo o negativo, que se provoca sobre el ambiente como consecuencia directa o indirecta de acciones antrópicas que puedan producir alteraciones susceptibles de afectar la salud y la calidad de vida, la capacidad productiva de los recursos naturales y los procesos ecológicos esenciales.

10. Por último, sigue promocionándose en Argentina la minería de uranio y la energía nuclear. La mayoría de las minas de uranio cerradas siguen contaminando el ambiente porque no fueron remediadas,
No se comunica a la población las descargas rutinarias y accidentales de sustancias radiactivas desde las centrales de potencia (Atucha I, Embalse), ni se advierte que los depósitos de combustible radiactivo agotado de esas dos centrales, altamente radiactivos, pueden ser blanco de ataques terroristas y caída accidental de aviones comerciales. Si esto sucediera, se generarían accidentes que equivaldrían a varios Chernobyl simultáneos.


Como decía mi abuelita, me encomiendo a todos los santos argentinos para que algo así no suceda.



En la agenda ambiental provincial está un ambicioso plan para mejorar la gestión de los residuos urbanos; así como el programa Producción Más Limpia dirigido a empresas. Además se aprobó el código de conducta ambiental para el sistema provincial de puertos; se dictaron resoluciones para preservar la calidad de las aguas en los sectores de toma de agua para abastecer a la futura red de acueductos .
Rescato una frase de la presentación del Congreso de Ecoprogreso organizado por AAPRESID a realizarse en agosto de 2009 en Rosario:

“Podemos reducir la dependencia de los combustibles fósiles. Pero no la del aire, ni la del agua, ni la de la tierra fértil. Una nueva revolución verde, síntesis que ya está en marcha, es lo que denominamos La era del Ecoprogreso. Ecología y progreso, ya no como antagonistas. (…) Cuando crece el conocimiento, el otro crecimiento llega inexorablemente. ¿Cómo lograr una síntesis entre un presente difícil y un futuro promisorio? Como siempre, confiando en el conocimiento.”

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